El problema no está en tu imaginación
La verdad es simple: nadie nos enseña realmente a construir personajes. Te dan listas de rasgos físicos, hojas de biografía, cuestionarios interminables. Pero cuando te sientas a escribir, ese personaje sigue siendo un extraño.
Después de trabajar con cientos de autores, he visto el mismo patrón. La gente crea fichas detalladas sobre sus personajes – color de ojos, comida favorita, miedo a las arañas – y aún así no logran que el lector se preocupe por ellos.
Lo que realmente funciona: Entender las contradicciones internas, los patrones de comportamiento bajo presión, y las pequeñas hipocresías que hacen humano a alguien. Eso es lo que exploramos aquí.